A orillas del río Chota, límite natural de las provincias de Imbabura y Carchi, existen pueblos donde se cuentean que, en noches de luna, se ve una luz y se escuchan unos lamentos de ultratumba que parecen de una mujer. La gente dice que se trata de una penante, que vaga por las orillas del río o por los alrededores de los cementerios, buscando a sus hijos muertos.
Un hombre llamado Juan, amigo de las fiestas, solía regresar a su casa a altas horas de la noche, y cuenta que en una ocasión, mientras regresaba por un camino a las orillas del río escuchó unos lamentos desgarradores y prolongados, estaban cargados de tanto dolor que pensó que no podían ser sino humanos, pero la noche para el se convirtió en una impresión de espanto al ver como la figura de aquella mujer pavorosa, cubierta por una chalina negra, fue surgiendo de la oscuridad, y diciendo: !hay mis hijos donde estarán mis hijos¡
Cuentan que la penante un día, mientras lavaba ropa a las orillas del río, sus dos pequeños cayeron al agua y poco tiempo después la mujer murió a causa de la amargura y desde allí pregunta por el paradero de sus hijos.
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